miércoles, 8 de febrero de 2017

Poniendo barreras a las cataratas



Uno de los problemas más comunes que aparecen con la edad son las cataratas. Cualquiera de nosotros seguro que conoce un familiar que ha sufrido esta afección. La catarata senil es una opacificación del cristalino del ojo que afecta a la función visual, reduciendo la agudeza visual y la sensibilidad al contraste como consecuencia de la dispersión (scattering). En 1995, la Organización Mundial de la Salud estimó que la causa del 50% de los casos de ceguera mundial, unos 17 millones de personas, eran las cataratas. El único tratamiento que existe en la actualidad es la extracción del cristalino cataratoso y su sustitución por una lente intraocular (LIO) que permite restablecer la visión.  





Se puede recurrir a dos tipos de soluciones: la implantación de LIOs monofocales calculadas para compensar sólo la visión de lejos del paciente o bien la implantación de lentes intraoculares multifocales (LIOMs) que proporcionan la posibilidad de buena visión, tanto de lejos, como de cerca.



La primera cirugía de cataratas con implantación de LIO fue realizada en 1949 por el cirujano inglés Harold Ridley después de la Segunda Guerra Mundial. Tras observar como los pilotos de combate toleraban sin dificultades las heridas de fragmentos de las cabinas, hechas de plástico rígido tipo polimetilmetracrilato (PMMA) incrustados en el ojo, diseñó una lente de este mismo material biocompatible. Pero la LIO diseñada proporcionaba poca estabilidad y era necesaria una gran incisión para su implantación. Consiguió mejorar el primer diseño y en los 12 años siguientes implantó más de 1000 lentes. Pese al elevado porcentaje de éxito, fue criticado duramente por los oftalmólogos de la época. Es a mediados de los ochenta cuando las LIOs se popularizan.




Desde entonces se han desarrollado multitud de diseños monofocales cuyo objetivo además de proporcionar la potencia esférica adecuada, para corregir los errores refractivos tales como miopía, hipermetropía y astigmatismo, fue el de compensar aberraciones de orden superior de la córnea, como la aberración esférica y el coma. Las aberraciones son distorsiones que sufre el ojo y que degradan la calidad de imagen. La aberración esférica es una de las de mayor importancia que ocurre con pupilas grandes (condiciones de poca iluminación - visión nocturna) debido que la luz que pasa por la periferia no enfoca en el mismo foco que la luz que viaja por el centro del sistema óptico. 

Sin embargo, las LIOs monofocales permiten una buena visión de lejos, pero la visión de cerca conseguida es borrosa y son necesarias gafas para poder leer. Para suplir esa deficiencia recientemente se han diseñado las LIOs multifocales que permiten una buena visión tanto de lejos como de cerca sin necesidad de usar gafas para todo tipo de tareas. Existen diferentes tipos de LIOs multifocales atendiendo a su diseño: diseños refractivos y difractivos. 

Los diseños refractivos se caracterizan por estar formados por círculos concéntricos de diferentes potencias que proporcionan visión tanto de lejos como de cerca. El principal inconveniente que presenta este tipo de diseños es que son pupilo-dependientes, es decir, para pupilas pequeñas (mucha luz) la luz incide sólo en la zona central de la lente destinada a visión de lejos; en cambio para visión escotópica o poca luz (mayor tamaño de pupila) la luz es distribuida por las diferentes zonas que componen la lente.




Las LIOs difractivas poseen unos escalones tallados en una de las superficies que forman una red de difracción y permiten dirigir los rayos de luz a dos focos distintos al mismo tiempo, uno para visión de lejos (orden 0) y otro para visión de cerca (orden 1). El principal inconveniente que presenta este tipo de lentes es que pueden causar deslumbramientos o halos por la noche.




Por otra parte, los avances en nuevos materiales, como la silicona y los acrílicos permitieron la cirugía de microincisión, ya que las lentes pueden ser insertadas en el ojo estando plegadas y a través de una menor incisión (alrededor de 1.8 mm), permitiendo un menor tiempo de post-operatorio y una cicatrización de la incisión corneal mucho más rápida. 

A todo lo comentado anteriormente, hay que sumar que se han hecho aportaciones para mejorar la técnica e instrumentación hasta llegar a la facoemulsificación, que hoy se práctica y que es el método más avanzado para el tratamiento de las cataratas. La facoemulsificación consiste en la utilización de ultrasonidos para romper y extraer el cristalino cataratoso y sustituirlo por una LIO. La cirugía de cataratas es una técnica fácil, segura y rápida y ha mejorado la vida de millones de personas en todo el mundo. Existen muchas posibilidades para mejorar la calidad visual tras la operación pero es necesario analizar qué es lo que más le conviene a un determinado paciente en función de su vida y sus expectativas. 


Texto de Laura Remón Martín, Doctora en Físicas y profesora ayudante doctor en la Universidad de Zaragoza.