jueves, 18 de mayo de 2017

Entrevista a Iván Agulló


Ocurrió una vez hace algunos años, en 2011, que un joven investigador español recién doctorado conseguía colocar su nombre donde ningún español lo había hecho antes: el número 1 de los premios que la Gravity Research Foundation otorga cada año desde 1949. Este premio lo habían obtenido antes científicos tan conocidos como Stephen W. Hawking o Roger Penrose, y más recientemente otros como Gerard ’t Hooft, Frank Wilczek y George Smoot, ganadores del premio Nobel en Física en 1999, 2004 y 2006, respectivamente. Este fue el primer gran premio de Iván Agulló Rodenas. Pero pronto vendrían otros más.

Hoy lo ha vuelto a hacer. Iván ha vuelto a ganar el número 1 de la Gravity Research Foundation en la edición de 2017. En esta ocasión, el trabajo premiado ha sido una colaboración en la que participan también el profesor José Navarro Salas (Pepe), de la Universidad de Valencia, y Adrián del Río Vega, quien está desarrollando su tesis bajo la dirección de Pepe. Iván, por cierto, también se doctoró en Valencia con Pepe como director.



Cuando éxitos de este calibre suceden (¡y más de una vez!), es momento de pensar en cómo ha podido llegar a ocurrir, en qué hay que potenciar para dar lugar a circunstancias propicias para que las ideas innovadoras surjan y el conocimiento avance: para que, en resumen, la ciencia de excelencia sea posible. Y sea posible aquí, que la puedas hacer tú, tu vecin@ o tus hij@s.

No profundizaré más en estas cuestiones, que deberían tratarse en detalle en otro lugar, pero os voy a dejar una entrevista que le hice a Iván el pasado mes de Abril cuando estuvo en Valencia participando en el Congreso Ibérico de Cosmología (IberiCOS) que, junto con el resto de miembros del grupo de Pepe y Adrián, tuve el placer de organizar con el apoyo del Departamento de Física Teórica de la Universidad de Valencia y el Instituto de Física Corpuscular (IFIC) del CSIC. 

Iván Agulló (izquierda) y Gonzalo Olmo (derecha)

La entrevista tiene algunas de las claves que permiten entender cómo un joven de familia sin tradición académica puede llegar a convertirse en un referente mundial y ejemplo a alcanzar para todos los que nos dedicamos a la ciencia en este país … y fuera de él.   


  • G: Cuéntanos, ¿dónde estás trabajando ahora mismo (lugar y puesto)?
  • I: Estoy en Louisiana State University (LSU), EEUU, y soy Assistant Professor.
  • G: El equivalente aquí sería profesor interino, ¿no?
  • Allí las plazas de profesor titular empiezan con un periodo inicial de 5 años, llamado tenure-track. Al finalizar, se revisan los méritos acumulados durante ese tiempo y, si son suficientes para los criterios de la universidad, se te promueve a permanente. Ahora estoy en mi cuarto año y mi idea es, si todo va bien, que la promoción llegue pronto.
  • G: ¿LSU es una universidad competente, internacionalmente reconocida? ¿Qué hay allí destacable?
  • I: Sí, lo es. De hecho allí está uno de los detectores de LIGO (el detector de ondas gravitacionales) y varios de los miembros de esta colaboración. En particular, la portavoz, Prof. Gabriela González, trabaja en mi departamento.
  • G: ¿Cómo llegaste hasta allí? Haznos un resumen breve.
  • I: Nací en Elche, Alicante. Mi familia era de origen humilde, y sin tradición universitaria. Tuve la suerte de dar con buenos profesores en bachiller, y me entusiasmó la física. Me trasladé a Valencia para estudiar la licenciatura en física, siempre apoyado económicamente por becas. De hecho, me hubiera sido mucho más complicado estudiar de otra manera. También con una beca FPU (Formación del Profesorado Universitario) hice el doctorado en la UV, y a los 4 años terminé mi tesis doctoral. Esa beca incluía financiación para estancias internacionales. Estas estancias fueron la clave para poner un pie en sitios relevantes. De importancia capital en mi formación fue mi director de tesis, Pepe Navarro, quien ha sido la persona que más ha influido en mi forma de ver la ciencia y pensar sobre ella. Sin él nunca hubiera llegado donde estoy.
  • G: Háblame del campo en el que estás trabajando.
  • I: Mi área de investigación está entre la gravedad y la mecánica cuántica. Mi tesis aquí en Valencia fue en temas de teoría cuántica de campos en espacios curvos, radiación Hawking (la radiación cuántica emitida por agujeros negros), y la última parte de mi tesis fue sobre efectos cuánticos en cosmología inflacionaria. Eso quizá fue lo que me abrió más puertas. En los últimos años hemos sido capaces de medir propiedades del universo con una precisión sin precedentes, y estas observaciones permiten poner a prueba teorías que hasta hace bien poco se creía imposible. Desde que terminé mi doctorado he trabajado mayoritariamente en la interfase entre gravedad y teoría cuántica, aplicada a cosmología.
  • G: En ese sentido, hablando de la teoría cuántica de campos en espacios curvos, ¿dónde hiciste tu primer postdoc y con quién?
  • I: Mi primer postdoc fue en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, con Leonard Parker. Y lo digo con alegría y honor, porque fue el padre de esta teoría. Su tesis doctoral estableció los cimientos de este nuevo campo, que luego ha dado grandes frutos. Llegué allí gracias a un miembro de mi grupo de investigación, Gonzalo Olmo (quizá te suene su nombre…), quien ya había trabajado con Parker. Los trabajos que hice de forma conjunta con Pepe Navarro, Gonzalo Olmo, y Parker fueron el origen de mi carrera.

Iván Agulló, Leonard Parker y Gonzalo Olmo

  • G: De algún modo Parker puso una semilla en ti, y tú la hiciste crecer, la explotaste. Así fue como conseguiste tu primer gran premio en 2011, ¿no?
  • I: Fue una combinación entre su sabiduría y buen olfato para las ideas, y las ganas de trabajar que yo tenía en aquella época, así como la gente de la que estaba rodeada.
  • G: Después de Wisconsin y Parker…
  • I: Después de trabajar con Parker intensamente durante dos años, conseguí un postdoc en Penn State University, Pennsylvania, con Abhay Ashtekar, uno de los grandes nombres en gravedad cuántica. La razón para acabar allí fue que Ashtekar estaba interesado en explotar las consecuencias que su teoría, Loop Quantum Gravity, tenía para el universo y necesitaba alguien con experiencia en la interfase entre cosmología y gravedad cuántica. Esto me dio de nuevo la oportunidad de estar a la sombra de otro gran árbol. Fueron los años más intensos en mi carrera. Ashtekar tiene una capacidad descomunal para la física, y estar a su lado te hace absorber conocimiento a un ritmo frenético. Exploté los resultados y la experiencia que había obtenido con Parker para extraer consecuencias observacionales de la teoría de Ashtekar. A partir de ahí desarrollamos una serie de trabajos donde de forma rigurosa conseguimos pasar de una formulación abstracta y matemática de la teoría a unas ecuaciones más aptas para hacer predicciones para la observación.
  • G: La relación con Ashtekar se mantiene, pero luego pasaste un tiempo en Cambridge (Reino Unido). Cuéntanos algo sobre esa etapa.
  • I: Conseguí una beca Marie Curie de la Unión Europea, que me permitió trabajar más cerca de la gente que hace las observaciones cosmológicas. En la Universidad de Cambridge estaba el grupo que analizaba las datos del satélite PLANCK. Interaccionar más de cerca con parte del grupo de PLANCK me ayudó a entender mucho mejor detalles sobre cómo se mide y qué se mide, y a un teórico eso le va bien. Estuve un año allí y luego me fui a Louisiana donde conseguí mi trabajo actual. Fue justamente durante mi estancia en Cambridge que el satélite PLANCK hizo públicos sus resultados por primera vez. Fue una gran experiencia estar en Cambridge durante esa época tan singular.
  • G: Qué actividades tienes en Lousiana.
  • I: Allí soy Profesor-Investigador. Mi principal tarea es investigar, pero también he de dar clase (una asignatura por semestre, tres horas por semana). Me gusta porque me pone en contacto con los estudiantes, lo cual te mantiene la mente despierta, y es una carga lectiva que no me ocupa demasiado tiempo. En la actualidad enseño electricidad y magnetismo. Interacciono también con estudiantes de doctorado y de máster.
  • G: ¿Es sencillo o complicado conseguir financiación para un estudiante de doctorado allí?
  • I: En EEUU para los másteres y doctorados las universidades tienen capacidad limitada para este tipo de estudiantes porque tienen que financiarlos el primer año o año y medio. La universidad los financia a cambio de que den clase, y se les paga por ello…
  • G: ¡Cobran por dar clase! Aquí se dan clases y no se cobra 
  • I: Sí. Allí no existe un sistema de becas como el europeo. Mi departamento acepta alrededor de 20 estudiantes de doctorado por año, les financia un año y medio o quizá dos, a cambio de tareas docentes. Luego los estudiantes se asocian a proyectos de investigación, los cuales tiene sus propios fondos.
  • G: ¿En qué has trabajado el último año?
  • I: Estoy centrado principalmente en las predicciones que Loop Quantum Cosmology tiene para el Fondo Cósmico de Microondas (CMB) y la estructura a gran escala del universo. Y la idea que estoy empujando con más energía está relacionada con las llamadas no-Gaussianidades. También trabajo en otros aspectos de teoría cuántica de campos en espacios curvos, conjuntamente con investigadores de la Universidad de Valencia.
  • G: ¿Qué información nos dan las no-Gaussianidades?
  • I: Las no-Gaussianidades son uno de los observables que más información tienen sobre lo que pasó en las etapas tempranas del universo. Loop Quantum Cosmology predice que antes de la inflación hubo un “rebote cósmico”, que no significa que el universo estaba cabreado, si no que hubo un instante en el que pasó de contraerse a expandirse. En otras palabras, en esta teoría el llamado big bang (o la “gran explosión”) se reemplaza por un “big bounce” (gran rebote). La pregunta es si existe algún “fósil” o remanente de ese gran rebote que podamos observar hoy en día. Y yo creo que la clave son las no-Gaussianidades. Las no-Gaussianidades que se producen en el universo durante el “rebote” son muy diferentes de las producidas por la inflación cósmica. Es cierto que aún no hemos podido detectar no-Gaussianidades en el fondo cósmico de microondas, pero estoy trabajando en una idea que nos permitiría detectar sus efectos, aún con la precisión actual. De hecho, hay ciertas anomalías que se observaron tiempo atrás con el satélite WMAP y que el nuevo satélite PLANCK ha confirmado, que no se entienden en base al modelo inflacionario. La idea en la que estoy trabajando con mi grupo de investigación en Louisiana es que estas anomalías pueden ser una consecuencia de las no-Gaussianidades que ocurren durante el rebote cósmico.
  • G: Y para terminar esta entrevista, ¿que destacarías?
  • I: Volvemos al principio, quiero enfatizar la importancia de las becas, y mi caso particular de cómo una familia sin tradición académica consigue llevar a su hijo al máximo nivel universitario, a través de un buen sistema de financiación pública.
  • G: ¿Crees que las políticas científicas actuales en España van en esa línea?
  • I: No, realmente no. La política actual me ha llevado a trabajar fuera de España, con muy pocas opciones para volver. Le doy gracias al sistema por financiar mi educación, pero veo que ha desaprovechado la inversión que hizo en mí. Debido a una política científica en mi opinión equivocada, es otro país el que obtiene el beneficio de aquella inversión.


Esperemos que tanto Iván como otros muchos investigadores españoles jóvenes y no tan jóvenes, aquí y allá, sigan ayudando a entender mejor este mundo en el que vivimos y a convertirlo en un lugar mejor.      


Texto y entrevista de Gonzalo Olmo (@gonzalo_olmo).