Como
todo en esta vida, una vez el tiempo pasa las noticias son solo
recordadas por aquellos a los que ha afectado directamente o
indirectamente. Sin embargo, en el mundo científico todo es
analizado y revisado concienzudamente hasta probar los puntos débiles
de cada trabajo y permitir dar un paso más hacia el conocimiento
total de la realidad que nos rodea. En este marco, las suspicacias y
animadversiones levantadas por el artículo sobre el descubrimiento
del hidrógeno metálico1
y sobre todo, por uno de sus autores, han hecho que todo este proceso
se acelere. Recientemente, hablamos en el blog sobre el
descubrimiento del hidrógeno metálico (aquí).
En él predijimos que se abriría una guerra entre el grupo que
proclamó su descubrimiento y el resto de investigadores rivales que
han ido tras su búsqueda prácticamente toda su vida. Heridos en el
orgullo de no ser ellos los primeros descubridores, empezaron a dar
entrevistas a los principales portales científicos destacando los
defectos evidentes que tenía el artículo. Nada era hasta entonces
muy grave, se basaba sobre todo en no tener una confirmación clara
de la fase metálica de este compuesto, y además las respuestas del
propio grupo parecían coherentes y concluyentes. Sin embargo, las
pequeñas incursiones en territorio enemigo se están convirtiendo
por momentos en invasiones armadas y las pequeñas escaramuzas en un
ataque con toda la artillería.
La
Carnegie Institution for Science tiene uno de los grupos de
investigación más renombrados en alta presión, el llamado
Geophysical Laboratory. Se juntan allí varios de los más
prestigiosos científicos en este campo. Su misión es la exploración
de la materia extrema en todos los ámbitos: síntesis, propiedades
extraordinarias, biología en condiciones extremas o formación
planetaria. Hasta ahora, los esfuerzos de los científicos de este
grupo, en lo relativo al hidrógeno, se habían centrado en la
síntesis de polihidruros. Estos compuestos son mucho mejores
candidatos para tener propiedades superconductoras a temperaturas
superiores a la ambiente y presiones muy inferiores a las estudiadas
con el hidrógeno. Sin embargo, visto el gran revuelo levantado por
este descubrimiento, dos de sus científicos más reseñables han
analizado cuidadosamente los resultados expresados por Dias y
Silvera.
Gontcharov
y Struzhkin2,
bien conocidos por sus minuciosos trabajos en el campo de la presión
más allá del megabar (>100 GPa), se han puesto manos a la obra
para estudiar la publicación de Dias y Silvera. Estos investigadores
reclaman que no es tan importante el conseguir la fase metálica del
hidrógeno, sino el análisis de las condiciones en las que se
alcanza y sus propiedades. Por otro lado, recogen la que parecía
ser hasta ahora la principal queja sobre el artículo: cómo saber la
presión a la que está la muestra. Como comentamos en la anterior
entrada, en el trabajo de Dias y Silvera no se siguió la evolución
del pico Raman con la presión sino que se midió exclusivamente
cuándo se creía que se estaba a la presión crítica de
metalización. Además, esta medida tenía baja calidad y por tanto
la presión no era determinada de forma precisa. Esto no invalida la
fase metálica del hidrógeno pero sí la presión a la que se
produce.
Por
otra parte, estos autores destacan el hecho de que hay una total
ausencia de pruebas de que el hidrógeno está en la cavidad de
presión ya que no se miden ninguna de sus propiedades fundamentales.
Por ahora, todo dentro de lo ya contado. Sin embargo, un nuevo y
poderoso argumento ha salido a la luz: la corrección de la absorción
óptica del diamante a tan altas presiones.
La
existencia de la fase metálica del hidrógeno se propuso por el
incremento de reflectancia de este en la cavidad de presión a partir
de una cierta presión. Para medir ese parámetro óptico se
introduce un láser o un haz de luz a través de uno de los diamantes
hasta llegar a la muestra y se recoge cuánto vuelve o se refleja,
pero el hecho de que tenga que atravesar un diamante implica la
corrección de la cantidad de luz que llega al detector. A presiones
ambientales, el diamante es totalmente transparente a la luz visible;
sin embargo, a presiones tan altas como las que se reclaman en el
artículo de Dias y Silvera, hay que aplicar factores de corrección
de la absorción óptica del diamante.
Según
Gontcharov y Struzhkin, estos factores de corrección fueron
aplicados de forma errónea. Para llegar a esta conclusión, se basan
en un artículo de Vohra3
donde se analiza la reflectancia del diamante hasta 338 GPa.
Extrapolando la evolución observada a la presión crítica propuesta
por Dias y Silvera, tenemos que la reflectividad mostrada por la
muestra es muchísimo menor que la publicada, lo que implicaría la
caída del principal pilar en el que se basa el artículo y por lo
tanto, que la fase del hidrógeno que se observa no es en absoluto
metálica.
Como
los problemas nunca vienen solos, diez días después de la aparición
de este “comment” se ha publicado otro de otros autores. En este
caso, el archienemigo de Silvera, Eremets (junto a Drozdov4
), desde Mainz, analizan los puntos débiles del artículo, de una
forma más amplia y no tan específica como Gontcharov y Struzhkin,
pero sin duda más implacable dado el carácter personal innegable
del que se ha impregnado este manuscrito. En este “comment”,
Eremets y Drozdov han realizado un concienzudo análisis de cómo se
ha medido la presión a través del pico Raman del diamante. Estos
autores defienden no solo que la escala usada por Dias y Silvera para
la determinación de la presión está equivocada, sino que al no
seguir la evolución del pico Raman no se puede estar seguro que el
pico medido sea el que se debe seguir para la calibración.
Asimismo,
argumentan que si se establece que la presión está mal determinada,
el valor de presión coincide con la presión crítica donde
observaron un aumento de la conductividad eléctrica y proclamaron
que podría ser debido a la fase metálica del hidrógeno5.
En su defensa, hay que decir que lo dijeron con la boca pequeña
porque no pudieron repetir el experimento, y ahí atacan a otro
flanco débil del artículo de Dias y Silvera, la reproducibilidad.
Este “comment” continúa sus críticas en el origen de la
reflectividad observada. Mientras que Gontcharov y Struzhkin
criticaban la corrección de los valores de esta al atravesar el
diamante a tan alta presión, Eremets y Drozdov van al origen de la
misma proclamando que no se ha demostrado que la alta reflectividad
provenga del hidrógeno y no de la alúmina a alta presión o a una
reacción del hidrógeno con la alúmina o incluso a una reacción
del hidrógeno con el diamante. Incluyen también estos autores los
mismos argumentos mostrados por los primeros citando el artículo de
Vohra en el mismo contexto que Gontcharov y Struzhkin pero sin llegar
a aplicar ninguna extrapolación de la corrección de la reflectancia
por el diamante, sino sólo reclamando que no pudieron obtener el
mismo valor que aplica Dias y Silvera. En su defensa hay que decir
que han citado el “comment” de Gontcharov y Struzhkin.
![]() |
Fig.
2. Muestra
de hidrógeno a 337 GPa (fila de arriba) y a 380 GPa (debajo)
combinado con 170K. Las imágenes fueron tomadas con luz reflectada,
transmitida y una combinación de ambas.
|
La
guerra ha empezado. A la agresión inicial de proclamar conquistado
el territorio del hidrógeno metálico, los aliados han respondido
usando artillería pesada contra los rebeldes. Habrá que esperar la
respuesta de éstos y ver quién gana la guerra, que podemos pensar
que llegue en forma de premio Nobel. O no.
Texto escrito por Juan Ángel Sans (@tresse77).
[1]
R.P. Dias, I.F. Silvera. Observation of the Wigner-Huntington
transition to metallic hydrogen. Science. DOI 10.1126/science.aal1579
(2017).
[2] A. F. Gontcharov y V.
V. Struzhkin. Comment on Observation of the Wigner-Huntington
transition to metallic hydrogen. arXiv:1702.04246.
[3] Y.K. Vohra.
Isotopically pure diamond anvil for ultrahigh pressure research.
Proceedings of the XIII AIRAPT International Conference on High
Pressure Science and Technology (1991, Bangalore, India, 1991).
(1991).
[4]
M.I. Eremets y A. P. Drozdov. Comments on the claimed
observation of the Wigner-Huntington Transition to Metallic Hydrogen.
arXiv:1702.05125.
[5] M. I. Eremets, I. A.
Troyan y A. P. Drozdov. Low temperature phase diagram of hydrogen at
pressures up to 380 GPa. A possible metallic phase at 360 GPa and 200
K. arXiv:1601.04479